El amor a la sabiduría

"Ama a la sabiduría quien la busca por sí misma y no por otro motivo, pues quien busca algo por otro motivo, ama a ese motivo más que a lo que busca." (Santo Tomás de Aquino: "Comentario a la Metafísica de Aristóteles", I,3,56)

domingo, 11 de octubre de 2015

Contra los tópicos actuales: la verdad



Contra los tópicos (1)
“Cada uno tiene su verdad, esta es mi verdad, aquella la tuya”


Quien hace esa afirmación cierra toda posibilidad de diálogo: porque si cada uno tiene su verdad, no hay acuerdo posible.


 Quien hace esa afirmación, además, está imponiendo “su verdad”: la de que cada uno tiene su verdad. Y, por añadidura, lo hace en forma inapelable (por eso clausura todo diálogo y posibilidad de encuentro en la verdad)


Quien hace esta afirmación, en realidad está diciendo algo que es obvio y que es el supuesto de todo diálogo: al inicio de todo diálogo cada uno tiene su forma de ver las cosas, sus juicios previos (pre-juicios), pero si dos inician un diálogo es porque a partir de lo que ya veían desean en común ver más, ver mejor, o encontrar las verdaderas razones de lo que creían ver como verdadero (pero no lo era): el objetivo es compartir la verdad.
 
Quien hace esta afirmación, incurre en contradicción: 
             1º porque sostiene que cada uno tiene su verdad, pero eso no es posible por contradictorio: dos afirmaciones que se contradicen no pueden ser a la vez verdaderas (ni tampoco falsas las dos): si una es falsa la otra es verdadera. (O existe Dios o no existe, o el mundo ha sido creado o no ha sido creado; o debemos ser justos, o da lo mismo no serlo; o el aborto es un crimen abominable o no lo es) .” 
             2º porque quien hace esta afirmación está sosteniendo como última verdad el relativismo (“toda verdad es relativa”): pero si toda verdad es relativa, ¿no es cierto que “toda verdad es relativa” debe ser considerado consecuentemente como algo relativo?